En 1914, una mujer alemana realizó seis fotos a su hija y le encargó a una amiga de Estrasburgo que le revelase el rollo. Por culpa de la guerra mundial no volvió a verla y no logró localizar las fotografías. En 1916 adquirió una película cerca de Frankfurt y fotografió con ésta a su hija recién nacida. Tras revelarla, comprobó con gran sorpresa que en ella se apreciaba una doble exposición, la que acababa de comprar era curiosamente la película perdida en Estrasburgo.
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